La falta de dientes supone una problemática muy común entre las personas adultas.

Ya sea debido a un golpe o como consecuencia de una enfermedad bucodental, perder una pieza afecta gravemente a la funcionalidad y estética de la sonrisa.

Es posible que, en caso de que te falte alguna muela, pienses que no conlleva inconveniente alguno siempre que te permita masticar.

Pero nada más lejos de la realidad: cuando una pieza dental no está en el lugar que debe, el resto de la dentadura puede verse comprometida debido a varias problemáticas: desgaste, maloclusión, pérdida ósea…

Si quieres conocer las consecuencias que la falta de dientes tiene para tu salud bucal, no dejes de leer este artículo.

¿Qué causas provocan la falta de dientes?

Antes de nada, es importante conocer las causas que originan la pérdida de dientes, pues de este modo resulta más sencillo saber cómo evitarlas.

Enfermedades periodontales

Los problemas relacionados con la las enfermedades periodontales –gingivitis y periodontitis especialmente- pueden acabar con la caída de los dientes en casos extremos.

Esto se debe a que pierden fijación y agarre al tener la encía deteriorada y, como consecuencia, se acaban cayendo.

Dichas afecciones suelen estar relacionados con una higiene dental deficiente, por lo que mantener unas adecuadas rutinas de limpieza oral es un aspecto fundamental para cuidar nuestra boca. 

Además, aunque tengas unas encías sanas y una buena salud bucal, te aconsejamos que realices una profilaxis dental profesional cada 8 o 10 meses como medida de prevención.

Agenesia dental

Si uno o varios de nuestros dientes, ya sean de leche o definitivos, ha tenido un desarrollo anormal y no ha erupcionado, hablamos de agenesia dental.

Las personas que padecen esta patología pueden tener serios problemas de estética, en caso de que la pieza faltante afecte a la sonrisa, pero también afecta a la funcionalidad de la dentadura.

Extracción de un diente

En ocasiones, el dentista puede requerir la extracción de alguna pieza dental en caso de que los tratamientos propios de la Odontología Conservadora no permitan salvar el diente.

 Por ejemplo, cuando presentamos una infección de muela muy avanzada y la obturación -empaste- o endodoncia resultan insuficientes, es posible que el profesional opte por una extracción.

De esta forma, se evita que la infección dañe a otros dientes adyacentes, causando también su pérdida.

Aun así, esta es una decisión que el odontólogo toma cuando, como hemos dicho, resulta inviable lograr que la persona conserve la pieza.

Es por ello que la temprana detección de una afección oral resulta crucial para evitar la exodoncia.

Una caries dental que no se trate a tiempo puede tener consecuencias muy negativas para la salud bucodental.

Pero la extracción no tiene por qué producirse en todos los casos por una infección: otra causa común es cuando se padece de un apiñamiento severo.

A veces, y según las circunstancias de cada paciente, el ortodoncista recomienda la exodoncia de algún molar, generalmente de las muelas del juicio.

Así, es posible aprovechar ese hueco para colocar el resto de la dentadura en una posición óptima con el fin de mejorar la oclusión y alineación con un tratamiento de ortodoncia.

La falta de dientes acarrea problemas funcionales pero también estéticos, y puede generar complejos en algunas personas

Traumatismo o golpe

Aunque no siempre sucede, si recibimos un fuerte impacto en la boca es posible perder por completo un diente.

Un golpe puede, no obstante, acarrear graves consecuencias que no son apreciables a simple vista.

 

A pesar de que no tengamos una fractura -ya sea parcial o total-, la estructura interna de la pieza puede verse comprometida y afectar al nervio.

En tal caso, es común que con el pasar del tiempo nuestro diente adquiera un tono amarillo, pasando a un estado como calcificación. Problemas derivados de la falta de piezas dentales.

Tal como hemos adelantado, la falta de algún diente supone una serie de problemas al paciente, tanto funcionales y de salud como de apariencia y psicológicos.

Incluso en los casos más extremos donde la pérdida de los dientes es total -edentulismo-, se producen graves alteraciones en los tejidos orales.

Complicaciones funcionales

  • roblemas de fonación: dificultad a la hora de pronunciar correctamente algunos fonemas o sonidos.
  • Complicaciones en la masticación: una dentadura en mal estado nos complica la trituración de los alimentos, siendo en muchas veces insuficiente y forzando al estómago a realizar parte del trabajo que debería hacer nuestra boca.
  • Sobre todo si falta varias muelas seguidas en un lado de la boca, es imposible masticar con esa zona, forzando el resto de dientes y provocando un desgaste mayor en la zona.
  • Tus encías también sufren más: el alimento se deposita en el hueco dejado por el diente así que, al masticar, el apoyo y la fuerza oclusal la realiza la encía, con su consiguiente desgaste.
  • Cuando se pierde un diente y no se sustituye a tiempo con un implante dental, se produce la pérdida de hueso en el maxilar.
  • Además, al tener un espacio vacío las piezas adyacentes tienden a ocuparlo, desplazándose y provocando maloclusiones dentales.
  • Problemas relacionados con la estética
  • Estas complicaciones son especialmente importantes cuando la falta de piezas dentales se produce en la zona de la sonrisa, suponiendo en ocasiones la aparición de complejos en algunas personas.
  • La pérdida ósea que se produce ante la falta de dientes, lleva consigo una deformación de los rasgos faciales, provocando el hundimiento del labio.

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