Las muelas del juicio o cordales son los terceros molares que se encuentran en el extremo de la boca. Se llaman así porque aparecen entre los 17 y los 25 años; edad en las que pasamos de adolescentes a adultos y empezamos a tener algo de sensatez y madurez (unos más que otros).
Aunque muchas muelas del juicio salen bien sin causar problemas, no es lo habitual. Se estima que el 95% de la población tiene complicaciones y poca eficacia en la función masticatoria.
Hay personas que no tienen muelas del juicio, ya que no llegan a eclosionar nunca.
Únicamente el dentista será el que decidirá su extracción mediante una radiografía del paciente. La extracción se recomienda en los siguientes casos:
La intervención consiste en la extracción de la pieza mediante anestesia local, en muy pocos casos hay que abrir la encía o dar puntos de sutura que se retiran en 1 o 2 semanas.
Después de la extracción de las muelas del juicio es normal sentir molestia en la zona durante las primeras 24 horas. En este periodo de tiempo se aconseja no escupir, no enjuagarse la boca. El cepillado también debe hacerse con cuidado y evitando la zona, ya que estas acciones hacen que sangre la herida y tarde más en cicatrizar.
Normalmente se recetan analgésicos, antiinflamatorios, y en algunos casos, antibióticos o enjuagues para los días siguientes a la intervención.
Después de las 24h de la extracción se recomienda comenzar enjuagues bucales con agua y sal para prevenir infecciones y facilitar la cicatrización de la herida, una dieta blanda y extremar la limpieza de la zona donde ha sido extraída la pieza. Se debe cepillar la zona aunque tengamos puntos para evitar que se infecten. Además, no debemos realizar ejercicio físico intenso, fumar ni beber líquidos muy calientes durante la recuperación.