Como ya comentamos en un post anterior La ortodoncia tiene 7 fases y la última de ellas es la retención, una etapa crucial dentro del tratamiento sin importar qué tipo de aparatología dental se haya utilizado.
Los retenedores son aparatos que el ortodoncista coloca en la boca del paciente una vez se le han retirado los brackets o los alineadores transparentes.
Dentro de ellos, encontramos dos tipologías:
Se trata de una barrita metálica que el profesional ubica en la cara lingual de los dientes, es decir, en su parte interna.
Para evitar que los dientes se muevan, se coloca el mismo día que se ha retirado la ortodoncia.
Es posible que algunas personas lleven este tipo de retenedores durante el resto de su vida, sin que ello le provoque ninguna molestia en el día a día.
Aun así, el paciente deberá pasar por unos días de adaptación en las que puede experimentar algunas molestias en la lengua, como aftas.
Por otro lado, tenemos los retenedores removibles – de “quita y pon”– que el paciente puede quitarse.
Es necesario que el dentista tome una muestra de la cavidad oral del paciente para crear unas férulas dentales transparentes a su medida.
Como sucede con los retenedores fijos, los removibles se colocan en la arcada donde el paciente ha llevado ortodoncia, pudiéndose llevar en ambas.
El uso de este tipo de retenedores de dientes es regresivo, es decir, al principio el odontólogo recomienda su uso durante todo el día.
Únicamente hay que quitarlo para comer y cepillarse los dientes.
A medida que van pasando los meses, el paciente solo tendrá que usarlo un número menor de horas hasta, finalmente, utilizarlos solo por la noche.
Es importante seguir siempre las instrucciones del dentista para utilizar los retenedores de la manera correcta, pues los tiempos varían con cada persona.
Normalmente, las revisiones se pautan cada tres, seis y doce meses.
Los dientes tienen una tendencia natural a moverse.
Por tanto, una vez se quitan los aparatos, en caso de que no haya nada que pare el desplazamiento de las piezas dentales, volverán a la posición que tenían anteriormente.
La importancia de la retención reside en que solamente el uso adecuado de los retenedores garantiza la estabilidad de los resultados a largo plazo.
Como su propio nombre indica, su función es retener los dientes en la posición alcanzada al finalizar el tratamiento de ortodoncia.
Para mantener los resultados del tratamiento, colocamos dos tipos de retenedores -fijos y removibles- y pautamos revisiones cada tres, seis y doce meses
Dada su relevancia, es necesario saber cuidarlos para que duren el mayor tiempo posible -sin que se rompan, pierdan o deterioren- y realicen su misión correctamente.
Como hemos explicado, existen dos tipos de retenedores y cada ortodoncista puede recomendar uno u otro.
Es muy importante que uses los retenedores siguiendo las indicaciones de tu dentista, pues solo así se mantendrán los resultados de la ortodoncia.
Del mismo modo, los cuidados que requieren dependerán del material del que están hechos.
Te hemos contado que los retenedores pueden acompañarte durante gran parte de tu vida, pero, ¿Cómo podemos conseguir que duren el mayor tiempo posible?
A continuación, te damos 6 consejos para cuidar tus retenedores dentales.
2. Mientras que la limpieza de los retenedores fijos se realiza durante el cepillado de dientes habitual, los removibles deben lavarse cada vez que se retiran.
Ten en cuenta que están expuestos, entre otras cosas, a la saliva o al sarro dental.
Por ello, debes lavarlos con un jabón neutro después de quitártelos –por ejemplo, por la mañana tras haberlos llevado toda la noche-.
La forma de limpiar los retenedores es similar a la de las férulas de Invisalign, pues ambos son muy parecidos.
Aunque tengas la tentación, no los limpies con pasta de dientes: los retenedores pierden transparencia y se vuelven blancos.
De esta manera, se deterioran sus propiedades estéticas y es posible que el material llegue a dañarse.
Mantener una adecuada limpieza de los retenedores impedirá que las bacterias se acumulen en las férulas y que terminen adquiriendo malos olores. Como complemento, es aconsejable utilizar pastillas especiales para limpiar prótesis dentales.
Además de mantener una cuidadosa higiene, y con el objetivo de que los retenedores te duren el mayor tiempo posible, te aconsejamos seguir las siguientes recomendaciones:
Cuando te los quites, intenta alternar el lado por el que lo haces.
Es decir, no te saques el retenedor siempre por el mismo lado, porque al tirar se va desgastando, lo que puede provocar fisuras o roturas.
Y, cuando no los lleves puestos, guárdalos en la caja que te hayan facilitado para ello. Es el lugar más seguro para ellos, ya que si optas por guardarlos en una servilleta de papel –o similar- corres el riesgo de perderlos o tirarlos.
No hay ningún problema a priori, pero es necesario prestar atención.
Por ejemplo, si muerdes un bocadillo y acto seguido tiras de él hacia delante –a modo de palanca- el retenedor fijo se puede romper.
En lo que respecta al retenedor removible, nunca comas con él. Si lo haces, podrá romperse y perder la transparencia que lo hace tan estético.
Además, se convertirá en un depósito de restos de alimentos y bacterias.
Asimismo, es muy perjudicial para mantener los resultados que tanto ha costado conseguir con el tratamiento de ortodoncia.
Este hábito, repetido en el tiempo, ocasiona desplazamientos en los dientes, lo que compromete su alineación.
Pasados los doce primeros meses, en los que el paciente habrá tenido tres revisiones, únicamente será necesario volver una vez al año.
Como ves, el hecho de llevar retenedores y ser cuidadosos con su uso te permite llevar una vida completamente normal.
Puedes comer prácticamente lo que quieras –teniendo ciertas precauciones y retirando los removibles antes- y tampoco molestan ni duelen.
Además, no afectan al habla y como la mayor parte del tiempo los retenedores los llevarás solamente para dormir, apenas te darás cuenta de que los tienes.
Es posible que al principio sientas una sensación extraña al llevarlos, pero con el paso de los días irá desapareciendo.
Al final, los retenedores se convertirán en una parte más de tu vida que pasa totalmente inadvertida y te aportará numerosos beneficios para tu salud y estética dental.